domingo, 16 de septiembre de 2012

La psicología presa de la Teología.


Los griegos fueron finalmente dominados por Roma en el siglo II a. C., surgiendo cuatro tendencias filosóficas principales que reflejaban las formas en que los romanos entendían al hombre: el estoicismo, el hedonismo, el escepticismo y el eclecticismo (Gutiérrez, 1971); a su vez, a manos de los bárbaros, los romanos perdieron su poder político y el saber helénico (rescatado por la cultura islámica) alrededor del siglo IV d. C. La cultura europea entró entonces en un período típicamente descrito como obscurantista: la edad media europea. Las características principales de esta época son sin duda el fuerte control que la religión cristiana ejerció en la vida cotidiana; el estudio de los textos bíblicos fue  encabezado por Aurelio Agustín y la interpretación “cristiana” de los (nuevamente recuperados) escritos griegos por Tomás de Aquino (Kantor, 1990).
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Agustín, como parte de lo primeros cristianos, tomó la tarea de crear un mundo nuevo a semejanza de Dios, contrapuesto al, para este tiempo decadente, imperio romano; Las confesiones, Ciudad de dios y Sobre la trinidad son las obras que representan nítidamente la idea de un mundo que no es eterno y un Dios eterno y verdadero (Kantor, 1990). Particularmente Agustín enlazó la memoria, el entendimiento y la voluntad como partes importantes de lo que la mente reconoce de sí misma, pues sólo ella tiene esta facultad; de igual manera vinculó el cuerpo, la mente y la esencia en la totalidad humana (Sahakian, 1970).
En la novela situada en la edad media europea Il nome della rosa (1980) del escritor italiano Umberto Eco, un clérigo intenta resolver los asesinatos de varios monjes en un convento, quienes presentan manchas oscuras en los dedos y la lengua. Después de una serie de incidentes descubre que todos  ellos han muerto después de haber leído el “libro misterioso”, específicamente por haber pasado las hojas con los dedos que ensalivaban constantemente, sin saber que éstas contienen veneno: los textos del libro de que se trata son de
Aristóteles.

Aquino seguramente no leyó este libro misterioso en particular, pero sí retomó los escritos de Aristóteles. Aquino conjugó los planeamientos aristotélicos con los textos bíblicos, extrapolando la lógica y conceptos de los primeros, para probar la existencia de Dios y justificar la doctrina cristiana; la proposición naturalista de las causas hecha por Aristóteles fue trasformada por Aquino en la causa primera del universo: Dios (Harman, 1983). Los textos de Aristóteles que examinara Aquino provenían de los árabes, quienes custodiaron éstos y otras obras a la caída del imperio romano. Basta con contrastar los textos de Aristóteles con los cometarios de Aquino para ubicar la influencia que en adelante tendría esta peculiar conjunción: las acciones humanas son la demostración del alma, por lo tanto éstas son estudias por la teología y no la psicología; el alma es una sustancia diferente al cuerpo, por lo tanto se rigen por leyes diferentes; al ser independiente puede prescindir del cuerpo, por tanto puede ser inmortal (Kantor, 1990).

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